"EL BARRIO CATALINAS SUR". Por Eduardo Martiné

13 NOVIEMBRE 2018

LES MANDO UN TEXTO QUE ESCRIBÍ HACE UNOS AÑOS SOBRE LOS ORÍGENES DE CATALINAS SUR, APROVECHANDO UN NUEVO ANIVERSARIO (E.M.).

EL BARRIO CATALINAS SUR 

“Como ser un moderno de la gran siete”

Hace cincuenta años el mundo occidental vivía los “años dorados” del crecimiento capitalista que comienzan en la década del 50 y se extienden hasta principios de los 70. Artífices de esa expansión económica serán las multinacionales petroleras y automotrices, las empresas de artículos para el hogar, los bancos, los supermercados y las cadenas hoteleras. Este proceso traerá como consecuencias la elevación de los índices de empleo, la mejora del salario real y el aumento del consumo. Entre la masa asalariada beneficiaria de la prosperidad de los “años dorados” aparece un número importante de profesionales y empleados especializados que pasan a formar parte de la clase media que en nuestro país representará el 60 % de la población, Pero, aquellos años no sólo serán testigos de la transnacionalización de las economías sino también de la internacionalización de las pautas culturales. En todo el mundo tendrán lugar profundos cambios en las costumbres, en los valores y en las ideas. 

La sociedad argentina acompañará muchos de estos avances, sin embargo, en otros ámbitos de la vida nacional habrá retrocesos. Arturo Frondizi gana las elecciones de 1958 y llega a presidente de la Nación, pero con el peronismo proscripto. Durante su presidencia- caracterizada por la pretensión de desarrollar la industria pesada con el aporte de capital y tecnología extranjeros además de concesiones a empresas petroleras extranjeras- centenares de familias, porteñas, sobre todo aquellas pertenecientes a los sectores medios y medios bajos, ven con esperanzas la construcción de un conjunto habitacional en los terrenos de los viejos depósitos de Catalinas Sur, previamente adquiridos por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Los monobloques de Catalinas Sur son una obra promovida y gestionada por la Comisión Municipal de la Vivienda que comenzó a construirse en mayo de 1962, un mes después del derrocamiento de Frondizi. 


El barrio se inaugura en diciembre de 1965, durante la presidencia de Illia. Está constituido por 2500 viviendas distribuidas entre edificios y casas bajas. Conocido popularmente como Barrio Catalinas, el Complejo Habitacional Catalinas Sur fue diseñado como un micro barrio, un núcleo independiente, según las ideas para el desarrollo urbano y la vivienda de la época, compuesto por una serie de edificios de doble cuerpo de 10 pisos, otra de 6 torres de un solo cuerpo de 11 pisos, y 5 conjuntos de casas de un solo piso. Proliferan en él pasajes peatonales propios, jardines y plazas internas, una parroquia y una escuela pública..
Pero, nada fue gratuito para los habitantes inaugurales. Los “pioneros” del barrio, es decir los que ya eran adultos cuando éste se fundó, recuerdan que la hechura de jardines y “caminitos” sólo fue posible por el trabajo de los vecinos que también hicieron sus trabajos de deslinde y amojonamiento para que el Complejo tuviera la canchita en donde se jugaron campeonatos que hicieron palpitar corazones de todas las edades. 


En Catalinas también habría vivido por esos años Néstor Vignale, un individuo que pese al colorido del lugar, tenía una vida monótona y triste junto a su esposa y a su madre. El drama de Néstor habría comenzado cuando súbitamente sufre un “ataque” de fiaca que le habría impedido no sólo ir a trabajar, sino también realizar tareas hogareñas y comportarse como el resto de la gente. En uso y goce de su plena libertad Vignale se habría dedicado a holgazanear, a divertirse y a jugar al fútbol en la canchita.
Aunque la historia de Néstor Vignale es pura ficción ya que pertenece a la película, “La Fiaca” (1969), los exteriores del film son paisajes reales de Catalinas Sur. El responsable de ambientar la obra teatral de Ricardo Talesnik, en el flamante Complejo Habitacional es el director Fernando Ayala. El empleado, que padece la fiaca está encarnado por el actor Norman Briski mientras que la actriz Norma Aleandro interpreta a la esposa de Vignale.


Mientras “La fiaca” mostraba a los espectadores porteños vecinos ficticios de Catalinas, los habitantes reales del barrio, que antes se habían “arremangado” para hacer los jardines, los caminos y la canchita, se movilizaban ahora para pedirle a las autoridades municipales que el predio donde se iba a construir una escuela pública no fuera destinado a otros fines. Los padres y vecinos vieron satisfecha su petición y Catalinas Sur pudo tener la Escuela Nº 8 del D. E .4º, que lleva el nombre de Carlos Della Penna, en recuerdo del empresario editorial que aportó medios materiales para su fundación.
El flamante edificio escolar, que se inaugura en 1971, con rampas en lugar de escaleras, baños para cada aula y gimnasio con vestuarios, es obra del arquitecto Juan Manuel Borthagaray.


Los primeros años de la escuela Della Penna serán dinámicos con maestros jóvenes y un alumnado nutrido. En lugar de una Cooperadora los padres constituyen una Asociación Mutual, que tendrá un rol protagónico, con objetivos amplios, capaz de organizar todo tipo de emprendimientos, recaudar la cuota social y vender artículos escolares a bajo precio.


El barrio Catalinas también despierta fervores entre la franja de los intelectuales de clase media vernácula. Una nota en la revista “Satyricon” de junio de 1973, realizada por Mario Mactas y Carlos Ulanovsky refleja el impacto que tiene su existencia en esos sectores. La nota se titula “Cómo ser un moderno de la gran siete” y a través de una “Guía Orientadora” hace recomendaciones para lograrlo. Una de ellas es: “Vivir en la parte linda de Devoto o…en los monobloques de Catalinas”.
EDUARDO MARTINÉ



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